
Título: A FLOR DE PIEL
Título original: Under the skin
Dirección y guión: Carine Adler
Producción: BFI FILMS, Chanel Four, Merseyside Film
Fotografía: Barry Ackroyd
Montaje: Ewa Lind
Música: Ilona Sekacz
Elenco: Samantha Morton, Claire Rushbrook, Rita Tushingham, Stuart Townsend, Christine Tremarco, Matthew Delamere, entre otros.
Premio de los Críticos internacionales en el Festival de Toronto de 1997, Mejor Film en el 51 Festival de Edimburgo, Premio de Asociación de críticos de Escocia.
PROFUNDA INDAGACIÓN SOBRE LA PSICOLOGÍA FEMENINA
La relación entre dos hermanas, la mayor casada y a punto de ser madre y la menor, con una pareja semiestable, luego de la sorpresiva muerte de su madre y de haber sido las tres abandonadas hace una década por su padre, es la propuesta de la realizadora británica Carine Adler en su primera incursión en el largometraje. Ahonda sabiamente en la psicología femenina y en esta relación filial que sufre deterioros cuando ambas se quedan huérfanas de hecho, a pesar de ser ya mujeres. La muerte de la madre (a cargo de la siempre eficaz Rita Tushingham) reaviva las diferencias entre ellas y cada una vive ese duelo de la manera en que cree, con la carga de charlas nunca hechas, con cuentas pendientes para aclarar. La joven actriz Samantha Morton compone a la hermana menor, que no encuentra manera de asirse a la vida luego del fallecimiento de su madre. No se da cuenta aún del intenso dolor que siente, como no se da cuenta de que el uso de la peluca de su madre así como de su ropa marcan su profunda necesidad de ser amada, querida, respetada: elaborar este duelo será una ardua tarea interior. Su hermana mayor, que extraña las charlas con su madre, se transforma en el referente que quiere pero que no puede alcanzar, siente que está en inferioridad de condiciones y solo encuentra consuelo en la búsqueda desesperada de compañías masculinas ocasionales, abandonando así a su pareja. Este empeño en autodestruirse va enmarañando toda su vida, la búsqueda de trabajo, los enfrentamientos con su hermana, la aparente falta de escrúpulos frente a su cuñado, la pérdida de amigas. Sin embargo, se van produciendo situaciones que, a pesar de la caída moral de “Iris” (Morton), irán permitiendo tanto a ella como a su hermana canalizar el dolor que las ahoga. La recuperación de las cenizas de su madre así como el nacimiento del hijo de “Rose” serán elementos disparadores para otra instancia de la vida, para un volver a empezar y reconstruirse mutuamente.
El film está narrado de una manera “chic” como apuntan sus realizadores, sin golpes bajos, escenas justas, hasta ahí..., y la música, tomando a modernos conjuntos de jazz, ha sido un elemento creativo más dado que respeta la intensidad dramática de las escenas para culminar justo cuando se va a otro momento del día o a otra situación. Pocas veces se nota esta integración de música y escena y, por lo tanto, tan coherente dado que presta el marco exigido para la realización, sin convertirse en una banda sonora más. Cámara ágil, primeros planos, diálogos profundos, además de lo ya señalado, hacen de “A flor de piel” una película diferente, adulta y movilizadora. Excelente.