Misterioso asesinato en Manhattan


Manhattan Murder Mistery

Con esta nueva película parece que Woody Allen se ha propuesto entretener y divertir. Para ello, ha echado mano, efectivamente, de un entretenido y embrollado, humorístico y casi cómico enredo familiar y amistoso en el que, subrepticia e inesperadamente, surgen asesinos y muertes que van a ser desvelados por un detectivismo familiar y amistoso, humorístico y cómico.

Se diría que ha dejado de lado su constante temática –desde Annie Hall– sobre neurosis, matrimonios fallidos, afectividades rotas o desorientadas, ácidas y escépticas ironías en torno a la moral o la libertad o la trascendencia. Sí, en esta película no es ése el tema –sino un divertido disparate–, pero arrastra toda esa temática tan suya, característica, como una larga cola en segundo plano, como permanente telón de fondo.

A Ted, un amigo divorciado (Alan Alda), su amigo Larry (Woody Allen) le busca pareja, y la encuentra en Marcia Fox (Anjelica Huston), escritora de su editorial. Carol (Dianne Keaton), desocupada mujer de Larry el editor, inquieta y fabuladora, irá descubriendo –cada vez más ayudada por todos los citados y otros más– en los vecinos de piso una oscura trama de dinero y muertes.

El que he llamado telón de fondo se construye entre los y las criminales en un complicado e increíble juego de infidelidades; pero también entre los protagonistas, los detectives aficionados: sugerencias, propuestas, deseos... Lo cual da pie a los habituales diálogos de Woody Allen, de un humor cifrado en el sexo.

Su película parece el resultado de convertir en broma una película seria de crímenes. Es al mismo tiempo una creativa imitación en tono paródico del cine negro. Con desenvuelta gracia aparecen imágenes de Perdición, de Billy Wilder, y una desmesurada y cómica réplica del desenlace de La dama de Sanghai, de Orson Welles. Seguramente hay más imitaciones cinéfilo-creadoras, sin duda Hitchcock, y él mismo. El resultado es personalísimo.

De nuevo un New York con aire europeo es su escenario, y el cuidado color, y vestuario y los objetos, fotografiado todo magistralmente por su Carlo di Palma. La música, siempre adecuada, se desgrana en magníficas canciones de siempre. No sólo ha conseguido una película para divertir al público sino que parece que también Woody Allen se ha divertido con los mismos actores al hacerla. Es desenfadada, disparatada, ágil y... hasta fresca; aunque quizá hubiera ganado en frescura con actores jóvenes. P.A.U.

Director: Woody Allen. Intérpretes: Woody Allen (Larry Lipton), Diane Keaton (Carol Lipton), Anjelica Huston (Marcia Fox), Alan Alda (Ted), Melanie Norris (Helen Moss), Lynn Cohen (Lilian House), Jerry Adler (Paul House). País: Estados Unidos. Año: 1993. Producción: Robert Greenhut, para TriStar Pictures. Guión: Woody Allen y Marshall Brickman. Música: Cole Porter, Richard Wagner, Miklos Rozsa. Fotografía: Carlo di Palma. Dirección artística: Santo Loquasto. Montaje: Susan E. Morse. Estreno en Madrid: 15-IV-1994 (Aluche, Cinema, Dúplex, Ideal, Minicines, Vaguada). Distribuidora cine: Columbia TriStar. Distribuidora vídeo: Columbia TriStar. Duración: 108 minutos. Género: Comedia. Público apropiado: Jóvenes. Contenidos específicos: D.