
Título V.O.: Amador
Año de producción: 2010
Distribuidora: Alta Films
Género: Drama
Clasificación: No recomendada menores de 7 años
Estreno: 8 de octubre de 2010
Director: Fernando León de Aranoa
Guión: Fernando León de Aranoa
Música: Lucio Godoy
Fotografía: Ramiro Civita
Intérpretes: Celso Bugallo (Amador), Pietro Siville (Nelson), Magaly Solier (Marcela), Sonia Almarcha (Yolanda), Fanny de Castro (Puri)
Sinopsis
Marcela, una mujer inmigrante con graves problemas económicos, encuentra un trabajo para la época de verano: tiene que cuidar a Amador, un señor mayor que no puede moverse de la cama. Día a día, Marcela va ganando el dinero que tanto necesita y Amador disfruta de la compañía que le ha negado su propia familia. Sin embargo, esta conexión tan especial se trunca prematuramente cuando Amador fallece. Desesperada ante posibilidad de perder su empleo, Marcela se enfrenta a un difícil dilema moral.
Fernando León de Aranoa vuelve a ponerse detrás de las cámaras, y lo hace cinco años después de estrenar su aclamada "Princesas". En "Amador", el cineasta madrileño reflexiona sobre las conexiones de la vida y la muerte, sobre la necesidad y la desesperación, sobre la vergüenza y la dignidad. El director de "Barrio" y "Los lunes al sol" recupera algunas de las constantes en su cine. Temas como la precariedad y la solidaridad se dan la mano en el retrato íntimo de los personajes, todo ello con un humor algo más oscuro de lo habitual.
El elenco elegido por Fernando León de Aranoa no cuenta con grandes estrellas del cine español, pero sí con actores muy expresivos. La protagonista de la película es la peruana Magaly Solier, actriz de los éxitos latinoamericanos "Madeinusa" y "La teta asustada". A su lado, el veterano Celso Bugallo, que después de darse a conocer con "Mar adentro" ha intervenido en títulos como "Cenizas del cielo" o "Agallas". El reparto de secundarios de "Amador" incluye a Sonia Almarcha (La soledad) y la televisiva Fanny de Castro (Los hombres de Paco).
Crítica
DiceFernando León de Aranoaque su cine huye del hiperrealismo social cuadriculado, que le gusta abrir ventanas a otros estímulos, que la comedia e incluso la lírica descarnada de lo etéreo maticen el rotundo compromiso de su cine con el asfalto, con el desasosiego.Amadores en ese aspecto su película más audaz, incluso la más compleja.
Con el desgarro panorámico de una sociedad desestructurada, en la que los inmigrantes recogen las migas que otros dejan pegándose con la vida por las sobras de la felicidad ajena, la película bucea en la dolorosa rutina de una pareja de supervivientes que salen adelante vendiendo flores literalmente resucitadas soñando con lo nunca ha de llegar. Curiosamente es en ese terreno, en ese campo semántico de la desolación y del desprecio, de La soledad social, la marginación y la exclusión inminente donde ésta, como otras películas de Aranoa, se mueve más holgada y cómoda.
El director deBarrioborda los contextos inhabitables de su sufridos antihéroes y los arrastra por su propio desconcierto con irrefutable sensibilidad y maestría. Por eso precisamenteLos lunes al soles su mejor película, porque apenas abre ranuras a la digresión, el drama social emerge con una brutalidad desnuda, en una imprescindible descripción costumbrista y sin florituras de la amargura de aquellos sobre cuyas cabezas llueven piedras permanentemente.
Lo que pierde "Amador" son precisamente las florituras, los cambios de tono y de registro, los intentos de iluminar los rincones oscuros para que no se vean y se sientan tan amargos. A Aranoa, como en "Princesas" se le va la mano con el absurdo, con la comedia situacional que no es tal, que es histriónica y forzada. El humor, catalizado en torno al personaje-contrapunto de Fany de Castro más que matizar el drama lo interrumpe, lo atropella y lo desarma.
Lo cómico no brota con naturalidad desde la oscuridad de la tragedia; Aranoa lo impone por decreto a la vez que su película tiende a despegarse de lo real en busca de una dimensión lírica en la que su autor no se siente especialmente cómodo. Una vez se plantea el nudo cardinal de la trama, la tragedia que desencadena la terrible pantomima que sujeta el drama en sus dos últimos actos la cinta separa los pies del suelo y comienza a flotar en una dimensión de inverosimilitud incómoda y forzada, en la que los personajes devienen arquetipos trazando honduras de más y forzando la sensibilidad al límite de su natural aguante.
"Amador" pierde el norte en la forzada inopia mental y emocional de su protagonista, atrancada en un limbo narrativo demasiado afectado y renqueante. La guinda la ponen las redundancias del desenlace, la imposible comunión de macabros intereses de la sufrida empleada y su desbordada empleadora. A esas alturasAmadorhace ya muchos minutos que perdió el norte, en un carrusel de registros que alejan a Aranoa de los territorios que mejor domina y mejor entiende.