Las mujeres de Alfred Hitchcock

 Alfred Hitchcock, el gran director inglés, ha pasado a la historia del cine por sus magníficas películas, sin duda. Y, también, por su obsesión por las actrices protagonistas de las mismas, a las que, dicen, acosaba de una manera obsesiva y totalmente injustificada.

 

 


Joan Fontaine fue la actriz protagonista de Rebecca, el debut cinematográfico de Hitchcock en Hollywod. Joan fue candidata al Oscar por su papel en dicha película, pero no lo consiguió. 

Tuvo más éxito en su siguiente colaboración con Hitchcock: por su trabajo el Sospecha tuvo la recompensa de la preciada estatuilla.

Joan, según declaró ella misma, no tuvo nunca problemas con el director.



 

 

Cuando Hitchcock vio el trabajo de Grace Kelly en Mogambo, quedó prendado de la actriz. 

Y con ella rodó películas tan señaladas como La ventana indiscreta, Crimen perfecto o Atrapa a un ladrón.

Hitchcock se implicó de una manera total en la carrera profesional de Grace; y también lo intentó en la personal, aunque, parece que, con distinto éxito.

Cuando Grace abandonó Hollywood para convertirse en soberana del Principado de Mónaco se le vino encima un enorme problema a Alfred.



 

 

Cuando Hitchcock rodó Falso culpable, presentó a Vera Miles como la sucesora de Grace Kelly, que lo había abandonado rumbo a Mónaco.

Posteriormente rodaron juntos Psicosis y Alfred decidió intervenir totalmente en la vida de Vera. Pasó a controlar todos los aspectos de su vida, tanto los profesionales como los personales.

Todo se rompió cuando Vera se quedó embarazada y Hitchcock la marginó hasta que terminó el contrato que los ligaba profesionalmente.




 

 

Hitchcock había pensado en Vera Miles para rodar Vértigo, posiblemente el más logrado de sus títulos. Pero como Vera había tomado otro camino, la sustituyó por Kin Novak, actriz con un recorrido por entonces notable en el mundo del celuloide (y con problemas de salud psíquica importantes).

Cuando Novak quiso decidir en asuntos como el del vestuario, las cosas  se torcieron. Kim terminó renegando de su colaboración con el director y su carrera se fue apagando poco a poco a raíz de este desencuentro.



 

 

Tippi Hedren rodó con Hitchcock, que andaba a la busca de una sustituta para Grace Kelly, dos películas: Los pájaros y Marnie la ladrona.

Los rumores de acoso, incluido el sexual, fueron constantes y, parece que, ciertos. La realidad es que Tippi rodó con el director dos de las siete películas que tenía contratadas. Y su carrera cinematográfica fue decayendo poco a poco.




 

 

Janet Leigh ha pasado a la historia del cine por la famosa escena de la ducha en Psicosis, por el que ganó el Globo de Oro y también fue nominada al Óscar.

El nuevo objeto sexual de Hitch, de 32 años y casada ya con Tony Curtis, no rodó la escena de la ducha desnuda, aunque no faltan voces que aseguran que el director trató de convencerla.




 

 

Ingrid Bergman rodó con Hitchcock títulos tan emblemáticos como Recuerda, Atormentada o Encadenados. 

Parece que la bella estrella sueca nunca se plegó a las pretensiones de nuestro Alfred.



 

 

Alma Reville fue conocida como Lady Hitchcock. Se conocieron en el rodaje de la primera película del director y ya nunca se separaron. Se casaron y tuvieron una hija.

El trabajo de Alma estuvo siempre muy presente en diferentes aspectos de las películas del director. Se convirtió en la mano derecha del director británico colaborando con él en la escritura de guiones, editando, haciendo doblaje de voces y comprobando la continuidad de la historia y los decorados.